RFID (identificación por radiofrecuencia) es una tecnología que permite identificar objetos, personas o animales mediante etiquetas o tarjetas que emiten o reciben señales de radiofrecuencia. Esta tecnología tiene muchas aplicaciones en diversos sectores, como el logístico, el industrial, el comercial o el sanitario.
Pero ¿qué diferencia hay entre las etiquetas RFID activas, pasivas y semipasivas? ¿Qué ventajas e inconvenientes tienen cada una? ¿Cómo se pueden usar en diferentes situaciones? Veamos algunas respuestas a estas preguntas.
¿Qué son las etiquetas RFID activas?
Las etiquetas RFID activas son aquellas que tienen una fuente de energía interna, como una batería o un capacitor, que les permite funcionar sin depender de la señal del lector. Estas etiquetas tienen la ventaja de ser más portátiles, ya que no necesitan estar conectadas al lector para poder leerse. Además, pueden tener una mayor capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos.
Sin embargo, las etiquetas RFID activas también tienen algunos inconvenientes. Por un lado, suelen ser más caras y menos duraderas que las pasivas, ya que consumen más energía y se desgastan más rápido. Por otro lado, su alcance es más limitado, ya que solo pueden funcionar dentro del rango del lector.
¿Qué son las etiquetas RFID pasivas?
Las etiquetas RFID pasivas son aquellas que no tienen una fuente de energía interna, sino que dependen de la señal del lector para poder funcionar. Estas etiquetas tienen la ventaja de ser más económicas y más duraderas que las activas, ya que consumen menos energía y se mantienen mejor. Además, su alcance es más amplio, ya que pueden funcionar fuera del rango del lector.
Sin embargo, las etiquetas RFID pasivas también tienen algunos inconvenientes. Por un lado, suelen ser menos portátiles, ya que necesitan estar conectadas al lector para poder leerse. Además, su capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos suele ser menor.
¿Qué son las etiquetas RFID semipasivas?
Las etiquetas RFID semipasivas son aquellas que tienen una fuente de energía interna, pero solo la usan para alimentar un microchip que llevan integrado, no para transmitir la señal al lector. Estas etiquetas tienen la ventaja de tener una mejor respuesta y un ratio de lectura más eficaz que las pasivas, ya que tienen una alimentación constante y no necesitan una antena para recoger la señal entrante.
Su fiabilidad y durabilidad es similar a la de las activas, ya que pueden funcionar en zonas húmedas o con altas temperaturas.
Sin embargo, las etiquetas RFID semipasivas también tienen algunos inconvenientes. Por un lado, suelen ser más caras que las pasivas, ya que requieren una batería o un capacitor. Por otro lado, su alcance es más limitado que el de las activas, ya que dependen de la señal del lector para poder funcionar.
¿Qué ventajas e inconvenientes tiene cada tipo de etiqueta RFID?
Como hemos visto, los tipos de etiquetas RFID tienen ventajas e inconvenientes según el tipo de aplicación y el nivel de seguridad requerido. Algunos ejemplos son:
- Etiquetas RFID activas: se pueden usar para identificar objetos o personas con alta precisión y seguridad en áreas restringidas o sensibles. Por ejemplo: tarjetas de acceso a edificios o instalaciones militares; llaves inteligentes para vehículos o puertas; dispositivos biométricos como huellas dactilares o iris.
- Etiquetas RFID pasivas: se pueden usar para identificar objetos o personas con menor precisión pero mayor alcance en áreas abiertas o accesibles. Por ejemplo: códigos QR para productos o servicios; tickets electrónicos para eventos o transporte; dispositivos lógicos como sensores o interruptores.
- Etiquetas RFID semipasivas: se pueden usar para identificar objetos o personas con mayor respuesta y eficacia que las pasivas, pero menor alcance que las activas. Por ejemplo: etiquetas para control de temperatura o humedad; etiquetas para seguimiento de activos o inventario; etiquetas para gestión de flotas o vehículos.
¿Cómo elegir el tipo de etiqueta RFID adecuado?
A la hora de elegir el tipo de etiqueta RFID adecuado, hay que tener en cuenta algunos factores, como:
- El tipo de objeto o persona que queremos identificar. No es lo mismo identificar un producto que un animal o un humano. Cada uno tiene unas características y unas necesidades diferentes en cuanto al tamaño, la forma, el material, la movilidad, etc. Por ejemplo, un producto puede tener una etiqueta RFID pasiva adherida o incrustada, mientras que un animal o un humano puede tener una etiqueta RFID activa o semipasiva implantada o colgada.
- El tipo de lector o antena que vamos a usar. No es lo mismo usar un lector fijo que un lector móvil o un lector integrado. Cada uno tiene unas capacidades y unas limitaciones diferentes en cuanto a la potencia, la frecuencia, la distancia, la velocidad, etc. Por ejemplo, un lector fijo puede tener una mayor potencia y frecuencia que un lector móvil, pero un lector móvil puede tener una mayor distancia y velocidad que un lector fijo.
- El tipo de ambiente o situación en el que vamos a usar las etiquetas RFID. No es lo mismo usar las etiquetas RFID en un ambiente seco que en un ambiente húmedo o en un ambiente con interferencias. Cada uno tiene unas condiciones y unos retos diferentes en cuanto a la temperatura, la humedad, el ruido, la seguridad, etc. Por ejemplo, un ambiente seco puede favorecer el uso de etiquetas RFID pasivas, mientras que un ambiente húmedo o con interferencias puede favorecer el uso de etiquetas RFID activas o semipasivas.